Cuidar de la salud del planeta es cuidar de la salud de las personas

De un tiempo a esta parte, el mundo se ve abocado a girar en todas direcciones, creando complicados movimientos de fricción. Las fuerzas de la naturaleza, hasta ahora garantes de un equilibrio natural, se han visto de repente intimidadas por acontecimientos extremos, como la pandemia de covid-19, que se han ido sumando a problemas que ya arrastrábamos de lejos: pensemos sobre todo en la contaminación, el cambio climático o el envejecimiento poblacional, que nos afectan a todos de manera global, provocando la degradación de los sistemas, favoreciendo la llegada de nuevas enfermedades y poniendo, en definitiva, en riesgo la salud de nuestro planeta.

Todo ello representa una llamada de atención que nos obliga a replantearnos el concepto de “salud” como un todo global, donde convergen retos que deben de ir de la mano, como cuidar del medio ambiente, proteger la biodiversidad del planeta, apostar por modelos de desarrollo sostenible, o afrontar las desigualdades sociales que impactan en la salud de nuestras poblaciones. El planeta nos ha demostrado que cuidar de su salud es cuidar de la salud de las personas, y viceversa.

Por eso, en GSK creemos necesario seguir avanzando en el camino de la innovación responsable. Somos una compañía farmacéutica y, por encima de todo, nos mueve el cuidado de la salud de las personas, pero igualmente estamos comprometidos con el planeta, como demuestra el trabajo que desde hace más de 20 años llevamos realizando para conseguir un impacto neto cero en el clima y un impacto neto positivo en la naturaleza, que nos permitan alinearnos dentro de algo menos de una década con los compromisos establecidos en la Agenda 2030. 

Durante estos 10 últimos años, la compañía ha transformado sustancialmente sus modelos de producción, reduciendo, por ejemplo, en hasta un 34% las emisiones de carbono, realizando importantes inversiones en energías renovables (más de 58 millones de euros) en centros de producción del Reino Unido y de Estados Unidos, y comprometidos con el desarrollo de nuevos inhaladores para enfermedades respiratorias como el asma o epoc, que rebajan las emisiones asociadas de gases de efecto invernadero en alrededor de 40.000 toneladas de CO2 por año.

Nuestro compromiso de devolver a la naturaleza más de lo que obtenemos de ella nos ha llevado también a adoptar otras medidas como la reducción del uso del agua y de los residuos que llegan a los vertederos, la transición hacia una flota de vehículos 100% eléctricos, que se espera sea una realidad antes de 2030 en todos los países con presencia de la compañía, o la extensión del uso de las energías renovables en el consumo de electricidad.

El cambio climático, la contaminación y el envejecimiento poblacional nos hacen ver el enorme desafío que tenemos por delante: cuidar de la salud de todos. En respuesta, GSK ha decidido recientemente adherirse a la Plataforma ‘One Health’, una red estatal que aúna los esfuerzos de múltiples compañías, entidades y organismos con un carácter interdisciplinar e intersectorial, y un objetivo común: transmitir a la sociedad ese enfoque integral y triangular de la salud, centrado en el equilibrio y bienestar de las personas, animales y plantas que conforman el planeta. 

Cuidar de la biodiversidad para proteger la salud, fomentar los modelos de producción sostenibles, promover el bienestar de todas las personas, y ayudarlas a vivir mejor y más tiempo, permite construir sociedades prósperas. Para lograr esos objetivos, en paralelo a las acciones individuales, es momento de dar un nuevo paso adelante y promover la colaboración intersectorial con otras entidades y organismos, que sirva para dar un nuevo impulso al enfoque global de salud que defendemos desde GSK.