AseBio

Biotecnología como aliada frente a la crisis climática

Desde la producción de bioenergía y el reciclaje químico hasta la agricultura de precisión, el uso de microalgas o la revalorización de subproductos de la industria alimentaria, exploramos las distintas innovaciones biotecnológicas que están contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático.

Científica analizando muestras en un laboratorio
AseBio
Cambio climático
Agroalimentación
Food & feed
Agricultura

En el contexto del Día Mundial del Clima, la urgencia de encontrar soluciones innovadoras para mitigar los efectos del cambio climático es más apremiante que nunca. El cambio climático es ya una de las principales amenazas para la salud a nivel global y las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan de 250.000 muertes adicionales cada año en las próximas décadas como resultado del cambio climático.

La biotecnología se ha consolidado como una herramienta esencial en esta lucha, ofreciendo alternativas sostenibles para reducir emisiones, mejorar la captura de dióxido de carbono y desarrollar procesos más eficientes en sectores como la agricultura, la energía y la industria. Gracias a la investigación y el desarrollo en este campo, hoy es posible avanzar hacia un modelo económico más verde y resiliente, a través de innovaciones como las que están trabajando algunos de nuestros socios.

La emergencia climática que enfrentamos requiere un urgente cambio de paradigma en los sistemas de producción y consumo. La bioeconomía circular y la biotecnología juegan un papel esencial como motor de desarrollo de soluciones innovadoras en el ámbito de la energía y los materiales, por citar algunos ejemplos. Begoña Ruiz, Directora de Tecnologías de AINIA, centro tecnológico con más de 30 años de experiencia en impulsar la competitividad de las empresas a través de la innovación, señala que la biotecnología “es clave para optimizar los procesos de obtención de bioenergía y biocombustibles, a través de pretratamientos y estrategias de operación que mejoran la eficiencia de los procesos, y también en la fase de post-tratamiento para aumentar la calidad y el valor de los productos (fertilizantes y biocombustibles)”. A través de herramientas como la bioaumentación, la evolución dirigida, los procesos bioelectroquímicos o la ingeniería genética, puede incrementarse significativamente la eficiencia de los procesos, el valor de los productos o posibilitar el aprovechamiento de determinados subproductos complejos que de otra forma serían descartados. “Un ejemplo de aplicación de esta tecnología es el proyecto UPBIOMET+, en el que hemos trabajado en la aplicación de procesos bioelectroquímicos para incrementar la productividad de metano, con resultados prometedores”, añade.

El reciclaje de los materiales, especialmente de aquellos cuyo coste o impacto ambiental es elevado, es una necesidad clara. Nos enfrentamos a una crisis del plástico con más de 220 millones de toneladas generados en 2024, de los que cerca de 70 millones de toneladas acabaron en la naturaleza con el consiguiente impacto medioambiental. En AINIA disponen de varias tecnologías que permiten dar una segunda vida al plástico y transformar estos residuos en productos químicos y materiales. Ejemplo de esto es el proyecto REVALORIZA, centrado en la valorización de envases plásticos biodegradables post-consumo, como PLA o PHAs, a través de su reciclaje químico o depolimerización. “Como resultado, se han obtenido compuestos que pueden ser utilizados como building blocks en el desarrollo de nuevos polímeros biobasados y otros compuestos de valor añadido, como químicos, envases, recubrimientos y adhesivos, de aplicación en el sector del packaging”, destaca Ruiz que además señala que estos procesos, reducen la necesidad de nuevos plásticos e insumos y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción de materiales vírgenes.

Biotecnología y revalorización de subproductos de la industria alimentaria

En NATAC, grupo empresarial líder en la producción de extractos vegetales sostenibles, la biotecnología juega un papel clave en la revalorización de subproductos de la industria alimentaria, transformándolos en ingredientes funcionales de alto valor. Mediante tecnologías innovadoras de extracción y purificación, recuperan compuestos bioactivos como polifenoles y flavonoides, que tienen aplicaciones en sectores como la nutracéutica, farmacéutica y alimentación animal, tal y como explica Esther de la Fuente, CSO de NATAC. Todo esto se realiza bajo un modelo de biorrefinería y economía circular, garantizando el máximo aprovechamiento de los recursos y reduciendo el impacto ambiental.

Frente a los desafíos climáticos, NATAC impulsa iniciativas como la valorización de biomasas agroindustriales, el uso eficiente de solventes y energía, y el desarrollo de productos naturales que sustituyen compuestos sintéticos. Además, participan en proyectos de innovación sostenible como SUSTAINEXT, enfocados en optimizar procesos industriales con menor huella ambiental. 

Microalgas como base de un sector agrícola más sostenible

En menos de 200 años la actividad humana ha elevado el contenido de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera en un 50%, siendo este uno de los principales responsables del calentamiento global. Las microalgas son clave en la mitigación del cambio climático gracias a su capacidad para capturar CO₂ de la atmósfera a través de la fotosíntesis. Según Biorizon Biotech, compañía biotecnológica especializada en el desarrollo de soluciones biotecnológicas basadas en microalgas para la agricultura, la producción de microalgas actúa como un sumidero de CO₂ significativo ya que, por cada tonelada de microalgas producida, se pueden fijar hasta dos toneladas de CO₂.

“El sector agrícola está en plena transición hacia prácticas más sostenibles, y el uso de bioestimulantes y bioplaguicidas a base de microalgas es un claro ejemplo de cómo la biotecnología puede ser una aliada clave en este proceso. El desarrollo de productos biológicos eficaces permite reducir el uso de químicos sintéticos, mejorar la calidad de los cultivos y, al mismo tiempo, contribuir a la regeneración del suelo”, argumenta Joaquín Pozo Dengra, R&D Director de Biorizon Biotech.

La compañía ha sido pionera a nivel mundial en este campo, desarrollando bioestimulantes y bioplaguicidas innovadores a partir de microalgas, con eficacia comprobada en distintos cultivos. Gracias a la integración de estos avances en la producción agrícola, se está impulsando una transición hacia sistemas más sostenibles, reduciendo la huella ambiental y mejorando la rentabilidad de los agricultores sin comprometer la eficiencia de los tratamientos convencionales.

Hacia un modelo agrícola más sostenible: Agricultura de precisión y NGTs

Los sistemas alimentarios globales se encuentran bajo una enorme presión en todo el mundo debido a desafíos como el cambio climático y el aumento de la población (las previsiones apuntan de alrededor de 10.000 millones de personas en la Tierra para el año 2050). El agua es un recurso escaso y tanto el cambio climático como la creciente demanda demográfica han agravado la presión para que se realice un uso sostenible, especialmente en la producción de alimentos. Un reto ante el que las nuevas técnicas de edición genética y la agricultura de precisión aportan importantes soluciones.

El pasado 14 de marzo, los representantes de los Estados miembros refrendaron el mandato de negociación del Consejo sobre el Reglamento relativo a los vegetales obtenidos con nuevas técnicas genómicas (NTG) y a los alimentos y piensos derivados. La propuesta tiene por objeto impulsar la innovación y la sostenibilidad en el sector agroalimentario, además de contribuir a la seguridad alimentaria y de reducir las dependencias exteriores. Un paso que desde AseBio valoramos positivamente y que esperamos que permita avanzar y facilitar la aprobación de los productos obtenidos pro NGTs. 

“Desde la industria consideramos que es un paso muy importante para que Europa pueda incorporar esta tecnología al desarrollo de variedades vegetales que contribuyan a la sostenibilidad y competitividad de la agricultura europea, pero nos preocupan las enmiendas que carecen de base científica y que se alejan del espíritu de la propuesta de la comisión.”, afirma Jordi Arnalte, Public Affairs, Science & Sustainability Iberian de Bayer Crop Science. “Confiamos que los negociadores de los estamentos europeos consulten con los expertos y científicos para alcanzar acuerdos que proporcionen a los investigadores y mejoradores europeos un marco regulatorio proporcionado y diseñado para adaptarse al progreso científico y tecnológico”. 

Las soluciones digitales aplicadas a la agricultura permiten llevar a cabo una agricultura de precisión que optimiza diversos aspectos clave como la detección de plagas y la aplicación de fitosanitarios sólo en la zona afectada, el control de niveles de Nitrógeno para mejorar el uso de fertilizantes o la planificación del momento de cosecha. Una digitalización sobre la que Arnalte afirma que “es ya una realidad que está transformando la agricultura para dar respuesta al reto de producir más con menos”. 

Arnalte expone que la biotecnología vegetal tiene un gran potencial para ayudar a la agricultura a adaptarse y mitigar el cambio climático, a la vez que satisface las necesidades de una población mundial en crecimiento. “Nuestra investigación en semillas y rasgos abarca desde la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos y enfermedades hasta la eficiencia y la calidad de los cultivos. La biotecnología vegetal desempeña un papel clave en el impulso de prácticas agrícolas regenerativas que incluyen tanto aumentos de la productividad agrícola como beneficios ambientales, así como la reducción del uso de fitosanitarios y la labranza cero o reducida, contribuyendo de esta forma a los compromisos de sostenibilidad de Bayer”.